Queridos amigos:
El pasado viernes, por gracia de Dios, nos pudimos volver a reunior como familia religiosa para despedir con gran cariño al P. Pablo De Santo, quien hace 17 años pisara por vez primera Tierra Santa, y quien ha dedicado estos últimos años a realizar su labor sacerdotal y misionera cerca de nosotros. Sacerdote siempre alegre, cuya alegría recordarán todos aquellos que pudieron compartir con él, ya sea como voluntarios en el Hogar Niño Dios, como peregrinos o misioneros, todos agradecemos su entrega y asistencia espiritual tanto a laicos como religiosas y sacerdotes. Gran amigo nuestro y de muchos, le deseamos que siga dando frutos, y cada vez más abusndantes, en este nuevo destino que la Divina Providencia le ha trazado para servir a los demás con gran confianza y generosidad.
Para la ocasión la santa Misa fue presidida por el P. Pablo y predicada por el P. Marcelo Gallardo quien concelebró con nosotros, los monjes. Las hermanas se encargaron de la liturgia y pudieron asistir amigos, voluntarios y trabajadores del Hogar. El P. Pablo mencionó durante su acción de gracias, la importancia de la gratitud, y cómo «el misionero debe estar dispuesto donde sea que Dios lo llame a servir, porque es allí, justamente donde encuentra su alegría, aún cuando las renuncias a veces le cuesten más o menos, lo importante es que somos misioneros por querer ir donde Dios nos lo pida».
Posteriormente tuvimos una cea cena festiva, donde pasamos tanto el video de agradecimiento como algunos saludos de amigos del padre de varios países que lo conocieron durante su paso por el Hogar Niño Dios. Posteriormente las hermanas, padres y amigos le hicieron algunos regalos y compartieron algunas emotivas palabras.
Finalmente le cantamos a la Virgen y comprometimos nuestras oraciones por el nuevo Provincial, quien a su vez comprometió las suyas por todos.
Encomendamos a sus oraciones esta nueva misión que el Señor ha querido poner en sus manos como Provincial de Egipto; que permanezca fiel a su misión y que sean muchas las bendiciones que su ministerio siga alcanzando para la mayor gloria de Dios y salvación de las almas.
Con nuestra bendición, en Cristo y María:
Monjes del Monasterio de la Sagrada Familia;
Séforis, Tierra Santa.