Queridos todos, queremos hacerlos partícipes de los últimos acontecimientos que, sin duda, han sido como un torrente de gracias para todos nosotros, los miembros de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado.
Como muchos de ustedes ya sabrán, este año hemos estado preparándonos para la consagración total a María, según el espíritu de San Luis María Grignion de Montfort, para algunos (cerca de unas 150 personas que quisieron unirse a nosotros) era la primera vez, para otros era la renovación de nuestra Consagración a la Santísima Virgen.
Esta preparación se intensificó en este último mes con oraciones, lecturas y audios de los textos del libro: “El tratado de la Verdadera Devoción a María”, escrito por san Luis María, reuniones de formación mariana, retiros y peregrinaciones.
Peregrinaciones
El sábado 6 de septiembre, algunos miembros de nuestras comunidades de Belén, Yaffo, Beit Jala, y Taibe, un total de unas 10 religiosas y 2 sacerdotes, P. Marcelo Gallardo y P. Carlos Ferrero, tuvimos la enorme gracia de peregrinar desde Belén a Jerusalén, a la Iglesia de Santa Ana, donde según la tradición nació la Santísima Virgen María.
Llegados a Jerusalén, pasamos por la Basílica del Santo Sepulcro, que estaba cerrada por las restricciones del Covid. Allí, arrodillados frente a su puerta milenaria, que ha acogido a miles y miles de peregrinos, nosotros también elevamos nuestras súplicas a María, por nuestra querida Familia Religiosa, por las vocaciones, por nuestros superiores, por nuestras familias y miembros de la Tercera Orden…
Llegados a la Iglesia de Santa Ana, fuimos directamente a las ruinas de la piscina de Betesda, que están junto a su lado. Allí leímos el texto del Evangelio cuando Jesús curó al paralítico, según el relato del Evangelista San Juan (5, 2-4). Hay restos arqueológicos de la época de Herodes, del período Romano, una Iglesia de época bizantina y otra de la época cruzada.
La Iglesia Santa Ana es de época cruzada, muy grande con una acústica hermosísima. Por gracia de Dios fue salvada de la destrucción porque fue convertida en escuela islámica. Actualmente toda la propiedad es del Consulado Francés y la gestionan los padres Blancos.
Los padres celebraron la Santa Misa en la cripta, lugar en el que propiamente, según la tradición bizantina, se encontraba la casa que S. Joaquín y S. Ana tenían cerca del Templo de Jerusalén.
Ese mismo día, los monjes del Monasterio de Séforis por su parte, también hicieron una peregrinación desde su monasterio hasta la Basílica de la Anunciación, en Nazaret.
8 de setiembre
El 8 de septiembre por la mañana, los beneficiarios del Hogar Niño Dios, con las hermanas, padres y los profesionales que trabajan allí, fueron a presentar a la Virgen un arreglo floral en la Iglesia de Santa Catalina de Alejandría, contigua a la Basílica de la Natividad, en Belén. A sus pies pusieron las flores, junto con sus humildes oraciones, que por venir de los “predilectos de Dios” seguramente subieron como suave aroma de incienso.
Debajo de la estatua de la Virgen está el famoso Niño Dios que cada Navidad se lleva en procesión a la Gruta. Allí mismo hay también una reliquia del pesebre, donada por el Papa Francisco el año pasado.
A las 14 hs tuvo lugar la Santa Misa, en la que participaron las comunidades de la Familia Religiosa en Tierra Santa. Fue concelebrada por los padres del IVE, Carlos Ferrero, Marcelo Gallardo y Jason Jorquera. Después de la acción de gracias pudimos renovar nuestra Consagración a María y algunos miembros de la Tercera Orden la hicieron por primera vez. Antes de finalizar, recibimos el escapulario, signo exterior de nuestra pertenencia irrevocable a la Santísima Virgen, bajo su advocación de la Inmaculada Concepción de Luján.
Por la tarde tuvimos el rezo de vísperas en honor a Nuestra Señora, en el hogar Niño Dios y los festejos concluyeron con la cena y agasajo en la casa Provincial de las SSVM.
En agradecimiento a la Santísima Virgen quisimos regalarle una casulla para ser usada el día de su Fiesta y en conjunto con el IVE, la edición del libro en árabe “Secreto de Maria”, versión que fue corregida por Reda, miembro de nuestra Tercera Orden en Egipto.
Damos gracias a Dios que nos ha dado a María por Madre y ha querido que le pertenezcamos totalmente y que Ella a su vez nos pertenezca.
Ella es nuestra y nosotros de Ella en el tiempo y en la eternidad, por eso con toda el alma decimos hoy y siempre: Totus tuus ego sum…
“Soy todo tuyo
y todas mis cosas te pertenecen.
Te pongo al centro de mi vida.
Dame tu corazón, oh María”.
María nos conceda ser siempre dignos hijos suyos y que toda nuestra vida esté orientada y tenga como única consigna: REGE O MARIA!
Para que venga también el reino de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Hna. María Madre del Verbo Encarnado.